sábado, 28 de abril de 2012

De espaldas a las sombra

“Sigo a un hombre hacia las violencias de las playas africanas”
“¿Coincide el color de los árboles en algún punto?”
“¿Coincide la orilla de mi vida con la de mi subsistencia?”
Juana Bignozzi
De espaldas a la sombra
Detrás  de las murallas esculpidas por el tiempo
escucho el rumor olvidado de las olas,
que rompen en mi pecho,
lo agitan, lo abren.
Transpiro todo el miedo
me río a carcajadas
ya no me importa
su desnudez  me deslumbra.
Estiro las manos, toco su tiempo.
Escucho sus ruidos, mastico su bronca.
Quise correr con él.
No pude.
Me atrapo el silencio,
me cargo de espantos,
de infames susurros,
de mentiras.
Quise mostrar mi desnudez.
No pude.
La vergüenza me vistió de luto,
me cubrió de llantos.
De negro caminé de espaldas a la sombra.
Abril de 2009

viernes, 27 de abril de 2012

A la hora de la siesta


A la hora de la siesta

El resorte oxidado bajo la cuerina suena como los patos del lago ¡cuicuac, cuicuac! Me paro y me siento cien veces, es muy divertido. Hasta que de pronto al fondo del pasillo estalla una voz como trueno -¡Shssss! Silencio-. Me agarra sentada. Quiero pararme  ¡cuic...! -Quieta. De nuevo ¡cuicu...! Cambio de posición ¡cuicuac! -¡Shssss! He dicho que silencio- No respiro. Ahora respiro. Me recuesto hacia el costado izquierdo y de ahí voy deslizándome lentamente, derritiéndome hacia el suelo. ¡Fiuuu! alivio. Camino lentamente en cuatro patas hacia la galería. Me detengo y escucho. Nada. Muy lentamente abro la puerta mosquitera que se queja de vieja ¡uuiiijj! Quedo como piedra. Escucho nuevamente. Silencio. Me arrastro con los codos por las frías baldosas amarillas; saco primero mi cabeza, luego los hombros y el pecho, la panza, la cola, las piernas y ¡uuiiijj, clack! la puerta se cierra y ¡ja, ja! escapo de un salto al sol de la siesta. 


Abril de 2010