jueves, 25 de julio de 2013

Arenas movedizas



Dedicado a Laura y sus oníricas arenas movedizas.


(Escultura en arena realizada por la artista plástica, Hilda Laura Martinez)












Ya te levantas, ya te mueves, mujer de arena y agua.
Llevas la vida como rodajas de aire entre tus brazos.
Besos voladores te llevará el viento
que abrazarán tu corazón en la distancia.
Las sombras se mueven para darte forma
te mueves con ellas te transformas.
Todo en ti cambia con las horas 
con la luz del sol con la noche.
La mañana da a luz tu piel dorada.
En el día eres llama, calor y agua.
Eros te abraza cuando cae la noche, 
metamorfosis nocturna, 
de día una, dos en la noche. 

Y es la marea verdugo constante 
que junto a la bruma te desarman,
te cubren de espumas y de algas
desgranan tu cuerpo de arena y agua.
Barrida la playa en la mañana
vacío el espacio que ocupabas
arena lisa sin forma sin llama.

El mar resplandece porque te tiene
tiene tu luz, tu piel dorada. 
En cada roca una sirena canta 
ellas llevan tu forma y tu mirada.
La playa entera guarda tu ausencia
estás ahí aunque no haya nada.

Soledad Herrera
2013
  






miércoles, 10 de julio de 2013

Agujeritos

Agujeritos

La carcajada me parte la cara como cuchillada limpia. Te voy a dejar me dice. Y yo me río, como estúpida no puedo parar de reírme. Te voy a dejar repite, no aguanto más la presión. Y yo tampoco aguanto, pero no lo digo. En cambio la dejo escapar por agujeritos que me invento. Te voy a dejar, ¿entendés lo que te digo? Sus ojos tienen ahora una mirada desconocida y de su boca se desprende una tormenta de cuchillos que me hieren. Yo no sangro, aguanto y sigo inventando agujeritos. Esta noche me voy, acepté un trabajo lejos y me voy. Otro agujerito, o hueco depende el tamaño del cuchillo que me lanza. Los agujeritos son pequeños y los huecos son grandes. Los cuchillos en realidad funcionan de tapón, él los lanza, se clavan y ahí quedan. Lo que yo hago es abrir un hueco en otra parte para que el dolor escape y afloje.
Él comienza a juntar sus cosas y armar valijas. Qué rápido guarda todo. Ahora entiendo el orden repentino de las últimas semanas. De pronto un día empezó a tirar cosas, regaló ropa que no usaba, limpió cajones, ordenó papeles y a todo lo guardó en cajas rotuladas. Ja ja… Que estúpida que soy, yo pensé que lo hacia para reconquistarme. Que por fin se daba cuenta que lo nuestro no andaba bien. ¿Me querés decir de que te reís? pareces tonta. Creo que en parte se va por eso, porque no me aguanta. ¿En que momento pasó de amarme a no tolerar mi presencia? ¿Fue paulatino o de repente? Quizás le dejó de gustar mi olor. El olor es lo que más rechazo o atracción produce entre las personas. Si no te gusta como huele alguien, todo lo demás es imposible. Tengo avión a las nueve, me dice. Ya hablé con un abogado, él se va a encargar de los papeles. Otro agujerito. Esto viene de hace mucho, tiene todo organizado. Yo me sigo riendo y él se pone furioso. No entiende que es lo que me causa tanta gracia. No puedo dejar que me gane, me sorprendió un poco es cierto, pero todavía llevo la delantera. Él se asombra cuando lo tomo de la mano y lo llevo hasta el garaje, enciendo la luz y la mandíbula se le cae, literalmente se le cae. Con la boca abierta observa el auto lleno de cajas y valijas hasta el tope. Y recién ahí me mira. Por primera vez desde que llegó se da cuenta que estoy vestida y lista para salir. hasta tengo la cartera cruzada y los anteojos de sol en la cabeza a la manera de vincha. Te dejo tranquilo para que termines de acomodar tus cosas. Yo me voy porque a las seis firmo el contrato de alquiler de mi nuevo departamento. La casa ya está en venta, cuando aparezca un comprador dividimos. Al auto me lo quedo, después de todo yo pagué las cuotas con mi sueldo. Los detalles te los dejo a vos que sos mas ordenado.  Me voy porque llego tarde. Ah, me olvidaba, mi abogado tiene listos los papeles del divorcio, decile al tuyo que se ponga en contacto con él. Tomá está  es su tarjeta. Abro el portón del garaje subo al auto y arranco despacio  marcha atrás. Me detengo justo al borde del cordón y asomo la cabeza por la ventana. Cerrá bien el portón, tus llaves quedaron arriba de la heladera. A propósito, grito fuerte para que me escuche bien, a la heladera te la dejo, mi novio acaba de comprar una nueva. Hago un giro con el auto pongo primera y me voy. Él queda parado dentro del garaje todavía con la boca abierta y la mirada clavada sobre un montón de cuchillos desparramados en el piso.

Soledad Herrera

(2013)

viernes, 15 de febrero de 2013

Abismos


Abismos
Todo cae sobre mí cómo un abismo,
por un hueco perforado de la mente
todo se fuga, hasta yo me voy corriendo.
Huyo despavorida de la mediocridad, de la mía.
Me espanta mi propia ineptitud y la falsa impotencia.
¿Cómo es que no puedo hacer nada? Mentira.
La necesidad aprieta las gargantas y respiro poquito.
La injusticia se desata furiosa sobre todos y cierro los ojos.
Llaman a mi puerta y camino cada baldosa pensando, ¿qué me sobra?
El mate ya no es suave y amargo
es agrio en la lengua cuando escribo.
Se me llena la panza de líquidos rancios
de tanto reclamar mi honestidad y valor.
Se que tengo que morir para crecer.
Los cambios paulatinos no existen, no sirven.
El cambio es violento, preciso e instantáneo.
Lo paulatino es lo que vemos de ese cambio,
lo que hacemos con él, lo que pensamos.
Corro y sigo corriendo hasta alcanzar mi espanto,
me detengo y desde lejos veo mi mente fracturada
y el derrame neuronal de los pensamientos.
Vuelvo de a poco hasta llegar muy cerca
y al mirar encuentro sólo despojos de lo que era:
un cuerpo cavernoso y oscuro que soy yo,
no es otro.

Todo cae sobre mí como un abismo.
Pero todo me perdona y me aleja.
Y en abrupto silencio vuelven los pensamientos, 
la vergüenza, el miedo, el valor, la esperanza.
Todo regresa a mí todo puede,
incluso yo estoy de vuelta.
Me instalo en los huesos conocidos y canto.
Canto para escuchar mi voz, para decir algo.
Algo que recuerdo y voy encontrando
palabras perdidas que voy recordando.
Pero el olvido seduce a la intención
que preñada de espanto muere
intentando dar a luz, intentando decir algo.

Todo regresa a mí, todo puede,
todo otra vez, hasta el abismo.
Soledad Herrera
2013